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Descubre Quién Eres

“Hay tres cosas extremadamente duras: el acero, los diamantes y el conocerse a uno mismo”. – Benjamin Franklin



Imagina que tu y yo nos encontramos por primera vez, y mientras te extiendo mi mano y miro fijamente a tus ojos te hago la siguiente pregunta: ¿Quién eres?


¿Qué responderías?


Lo más probable es que la respuesta automática, casi programada, sería que me digas tu nombre y apellido, añadiendo algunos detalles como tu edad, título, profesión etc.


Pero siendo sincero, ¿eso realmente contesta la pregunta? digo, ¿eso te define?


A mi me parece más como un número de serie...


- "Hola soy el sujeto 33,771 y mi función en la sociedad es servir y sonreír" -


Una etiqueta impuesta, una máscara, una grabadora que habla mucho y dice tan poco.


A veces hasta llegamos a sobre extender nuestras respuestas hablando de todo lo que podemos hacer, con el afán de sentir que valemos mas, y que seremos capaces de llamar la atención y ser reconocidos.


Sin embargo, ¿Realmente crees que tus posesiones materiales, tu estatus social, tu apellido, tu profesión te definen? Considero que más bien te vuelven el perfecto candidato para el utilitarismo.


En fin, regresemos a la pregunta principal: ¿quién eres?


Muy pocos lo saben, y aún menos, lo aceptan. Sin embargo es indispensable saber quién eres para poder vivir y obrar acorde a ello.


Para eso debes de quitarte toda etiqueta impuesta por la sociedad, y ejercer el viaje más largo de todos, el viaje al interior de uno mismo.


< “Sólo nos convertimos en lo que somos a partir del rechazo total y profundo de aquello que los otros han hecho de nosotros”. – Jean-Paul Sartre >


A continuación trataremos de descubrir quiénes somos, y a qué estamos llamados. Liberándonos así de tantas cargas innecesarias y a su vez de la abrumadora opresión mental que nos imposibilita amar y ser felices.


Para descubrirlo, tomaremos como premisa la Palabra de Dios...


Comencemos por analizar la siguiente frase:


"Nadie pide nacer, nadie sabe vivir y nadie quiere morir".


1) No pediste nacer.


Es curioso que no pidamos nacer, puesto que nada existe sin razón, cada cosa creada en este mundo tiene una razón de ser.


No pedir nacer significa que Alguien lo decidió por ti, y no estoy hablando de tus padres, porque el hecho de que existas involucra un sin fin de coincidencias y eventos.


Desde que tus padres se conocieran, existiendo billones de personas en el mundo, hasta que un espermatozoide específico se fecundara con un óvulo específico para que nacieras TU. ¿Te parece una serie infinita de casualidades? ¿O más bien serán causalidades?


La vida en sí es un milagro, pero que TU existas es un milagro mucho mayor. Y no es coincidencia.


2) Debes aprender a vivir.


Entender el por qué de tu existencia, para qué fuiste creado, por qué tú y no alguien más. Esas son las respuestas que tienes que ir descubriendo a lo largo de tu camino, para desarrollarte al máximo e ir comprendiendo el sentido de tu vida y aprendiendo a vivir en base a ello. Estás aquí por un propósito, para generar un efecto, y para descifrar el valor máximo por el cual fuiste creado: el amor.



3) Abrazar la muerte.


Solo entendiendo todo lo anterior, perderás el miedo a la muerte. Puesto que solo aquel que logre comprender el propósito de su vida, podrá abrazar la muerte con alegría, desapego, paz y esperanza.


Pero bueno, todo el tiempo hablo de un "propósito", y sinceramente es mucho más fácil decirlo que realmente descifrarlo.


¿Como encontrar ese propósito para darle sentido a nuestra vida?


Me gustaría hacer el siguiente ejercicio contigo que pretende dar herramientas e ideas que faciliten el proceso para descubrir ese propósito.


Para ello, partiremos de las facultades de nuestro Creador para poco a poco ir descifrando y desbloqueando los dones, talentos y misterios que albergan en la profundidad de nuestro ser. Ya que observándolo primeramente a Él, podremos entendernos mejor a nosotros.


Esto debido a que sabemos que estamos hechos a Su imagen y semejanza (Genesis 1:27), por lo tanto somos algo así como diminutas manifestaciones o representaciones de Él.


- (Obviamente con naturaleza caída, imperfectas y corruptas por el pecado y limitadas por nuestros cuerpos físicos, leyes naturales, espacio y tiempo). -


Sin embargo al tener la esencia de nuestro Creador podemos saber con certeza algo:


Poseemos algunas de sus facultades.


Descubrámoslas...



Somos Creadores


Gracias a que Él creó primero, tenemos la capacidad de crear. El hombre a través de su historia ha creado tantas cosas como el fuego, la rueda, herramientas, civilizaciones, tecnología y mucho más. La creatividad es el motor del avance de la humanidad, es uno de los dones más grandes que se nos ha otorgado.


Dios hizo toda la creación para que la disfrutáramos. Tenemos esta vida para para imitarlo y descubrir que tanto podemos crear para beneficio de los demás, para hacer de este mundo un lugar mejor. Desde ideas innovadoras hasta invenciones revolucionarias.


Por desgracia hoy en día, por culpa de los medios y el mal uso de la tecnología, nos tienen esclavizados, limitando nuestra capacidad de ser creativos.


¡Cuánta imaginación solíamos tener cuando éramos niños! Lamentablemente mientras crecimos fuimos destruyendo nuestro sueños, dejándonos llevar por opiniones ajenas y engaños del mundo. No pierdas tu creatividad y si la haz perdido, búscala en tu interior.


Tenemos la capacidad de AMAR


Dios es AMOR. Y gracias a que Él amó primero, tenemos la capacidad de amar. A medida que decidamos entregarnos libremente, más comprenderemos el sentido de este maravilloso don dado por Dios.


Así como Dios tanto amo al mundo que envió a su único hijo para salvarnos. Así debemos de empezar a descubrir que el amor es parte de nuestra esencia, pero ha sido corrompido por su contraparte, misma que mandó a Jesús al Calvario: el egoísmo del hombre. Mientras más amor, más entrega desinteresada y más entendimiento y crecimiento del espíritu. Es entonces donde podrás ir descubriendo todos los dones que Dios te dio para el servicio de los demás.


Podemos ser LUZ para los demás


El Espíritu de Dios es nuestro guía. Nosotros podemos guiar porque Él nos ha guiado. Dios nos ha dado incontables pruebas de su existencia, la más evidente es que mandó a su único hijo Jesús a mostrarnos el camino e inspiró la Biblia como guía perfecta para la salvación. Gracias a esto tenemos la capacidad de ayudar y guiar a otras personas a Dios a través de nuestras palabras, o mejor aún, con nuestro ejemplo de vida y buenas obras. La mejor manera de guiar a alguien es siendo reflejo de Jesús, imítalo para que Dios derrame sus gracias en ti y puedas hacer milagros en su nombre. Perfeccionándote en el amor, para poder ser un mejor instrumento para Dios.


...


Si tomamos estas tres facultades y las perfeccionamos en nuestra vida, todo se irá conectando de una forma maravillosa. Y poco a poco cumpliremos con la voluntad de Dios utilizando los dones y talentos que se nos dieron para:


Crear como Dios Padre lo hizo.






Amar y entregar como Dios Hijo lo hizo.






Guiar a los demás como Dios Espíritu nos guía.




En resumidas cuentas, estamos llamados a crear en base a lo que se nos dio, y a amar, lo cual involucra entrega desinteresada, y finalmente a perfeccionarnos y convertirnos en guías de luz para los demás.


Y si profundizamos aún más, estas tres facultades se contraponen a lo que el enemigo viene a hacer en nuestras vidas.

Satanás viene a destruir, debemos de contrarrestarlo creando.


Satanás viene a robar, debemos de contrarrestarlo dando, entregando, amando.


Satanás viene a matar, nuestras vidas, nuestros sueños, ideas y esperanzas. Debemos de contrarrestarlo guiando a todos hacia el camino de la verdad y la vida, restaurando los sueños y dando esperanza.


...


La vida es muy corta y hay mucho por descubrir, mucho por hacer, mucho que aprender. Pero a medida que alimentes el espíritu y arranques tu egoísmo que opaca tu potencial, podrás ir descubriendo todos los dones y talentos que hay en tu interior. Y tu motivación para vivir irá mucho más allá de los intereses personales, lo material y lo superficial. Solo entonces podrás darte cuenta de que tienes una capacidad enorme de crear, amar, guiar y mucho mas.


Estas llamado a ser luz del mundo. Luz en la oscuridad que guíe a otros y les dé esperanza. Una luz que nunca se apague, que solo crezca y crezca hasta iluminar al mundo entero.


Y por último, no olvides que siempre debes ser muy agradecido. Pues recuerda que tus dones y talentos son prestados, no pediste nacer ni pediste que se te dieran. Podrás explotarlos con esfuerzo y voluntad, pero no te quieras glorificar y beneficiar con aquello que no te pertenece. No los entierres ni los desperdicies, mas bien, multiplícalos. Para que cuando llegue el día de tu muerte, puedas abrazarla con una sonrisa, lleno de felicidad, sabiendo que no desperdiciaste nada, que aprovechaste todo, que amaste hasta el extremo y estes preparado para entregarle a Dios mucho más de lo que te prestó. Como un buen hijo, que enorgullece a su Padre.

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